domingo, 26 de octubre de 2008

Inteligencia por inteligencia

Allá, en un lugar inimaginable para nosotros, dos extraños seres y también extraños entre sí, se medio ahogaban en el seno de un líquido, a saber qué clase de líquido. No sabemos cuándo, ni como ni por qué, pero terminaron viéndose envueltos en una espeluznante lucha por sobrevivir. Todo a su alrededor era líquido, absolutamente todo, no se aprecia ningún principio ni ningún final. La desesperación entre ambos aumentaba, pero para su suerte apareció de la nada un extraño ser el cual no tenía dificultades para nadar o deslizarse sobre la superficie del agua. Tenía unas especie de pelos hidrófugos en la parte inferior de las patas, tales como los de un zapatero, lo cual le permitía deslizarse sobre la superficie del líquido. Era de complexión diminuta y les propuso salvarlos a cambio de demostrarles su inteligencia. El más inteligente de los dos se salvaría. Sin ninguna otra salida, ambos accedieron.

A partir de ahora llamaremos como "ser inteligente" a la especie de zapatero que salvaría a uno de los dos y cabe citar que todo cambio que se pueda producir a lo largo del relato no le afectará a él en absoluto, pues él era como si estuviera en otra dimensión, un ser superior.

En el momento en el que el ser inteligente se puso a hablarles, éste hizo un extraño gesto cuyo resultado se convirtió en parar el tiempo. Todo quedó estático, los dos seres se pararon de repente, no obstante sus sentidos seguían funcionando, pues deberían escuchar al ser inteligente.

Como primera prueba, les propuso lo siguiente:
-Echaré al líquido en el que os encontráis, una especie de sustancia que actuará como el jabón en el agua, con el fin de disminuir la tensión superficial del líquido, para que la capacidad de salir a la superficie sea mayor, pues el trabajo que tendréis que realizar para salir será menor, ya que os será más fácil romper la columna de agua que se formará en la superficie de vuestros cuerpos (puesto que ambos seres tendría un tamaño considerable en comparación con la película de agua que se formaría en sus cuerpos. Sus volúmenes serían mucho mayores que sus superficies, asi que la superficie de agua que se formaría en sus cuerpos, concentrada en el menor volumen posible, no sería un problema para su movilidad). Por encima de vosotros, podéis observar que se encuentran dos ramas en defectuosas condiciones, no obstante es el único medio que tendréis para salir. ¿Accedéis a mi proposición?

Ambos accedieron sin rechistar. No obstante, nuestro ser inteligente, se quedó decepcionado, pues sabía de sobra que no iba a resultar y que al no demostrar ni otro ni otro su inteligencia, las cosas se complicarían.

Así pues, ocurrió justo lo que el ser inteligente preveía, la cosa no funcionó e inclusó se complicó.
Debido a la disminución de la tensión superficial que el líquido había sufrido, la densidad del líquido disminuyó también, al igual que la fuerza viscosa. Puesto que la ecuación del movimiento dentro de un líquido es la siguiente:

v= (1/kn) (-mg+E)[1-exp(-tkn/m)]

Como se puede apreciar, a medida que el tiempo aumenta, la velocidad aumenta de manera exponencial, hasta llegar a un punto en el que la exponencial se anula, siendo el tiempo infinito y la velocidad, velocidad límite.

Así pues, nuestros amigos los cuales trataban de salvarse, ahora se hundían más rápidamente o eran más propensos a ello. Sin embargo, aún mantenían las cabezas por encima del líquido a duras penas, cuando nuestro ser inteligente les volvió a proponer una nueva prueba, parando consigo el tiempo como en el caso anterior:
-Como ninguno de vosotros me ha demostrado ser más inteligente que el otro, os propondré una nueva y definitiva prueba. Como podéis observar, encima de vosotros hay dos especie de alfileres de elevadas dimensiones, una está situada de manera horizontal y otra de manera vertical. Cada uno de vosotros deberá elegir uno de los dos objetos, pues a pesar de ser idénticos, sus posiciones son decisivas para salvarse o perecer. Os subiréis a cada uno de ellos, como vosotros consideréis oportuno y el que consiga mantenerse a flote de esta manera, será el que se salve. ¿Accedéis a mi última proposición?

Nuevamente ambos accedieron y se dispusieron a elegir sus respectivos objetos.

Estos objetos eran puntiagudos, tales como alfileres de elevadas dimensiones con respecto a sus cuerpos. Sus densidades eran superiores al del líquido, no obstante en la posición adecuada el objeto flotaría y en la inadecuada se hundiría; pues si disponemos un alfiler de manera vertical cuya punta esté dirigida hacia abajo, romperá la película de líquido con la que se encuentre, sin embargo de la otra manera no pasará nada.

Uno de ellos eligió el "alfiler" dispuesto horizontalmente y el otro el dispuesto de manera vertical.
El que había elegido la primera opción se subió al objeto de manera exitosa y para mantenerse a flote con mayor seguridad se dispuso de manera horizontal sobre el mismo. El resultado era que se mantenía a flote.

Mientras, a la vez, el otro individuo que había elegido el objeto dispuesto verticalmente con la punta hacia abajo, observaba casi atónito como el objeto se iba sumergiendo progresivamente sin él poder hacer nada. Por lo que siguió nadando a duras penas como podía.

Esta fue la prueba definitiva en la cual se demostraba quién era el más inteligente de los dos.
El ser inteligente, una vez más, paró el tiempo y les dijo:
-Al fin uno de los dos me ha demostrado ser más inteligente que el otro, por lo que me he quedado satisfecho. Prometí recompensar al ganador la salvación, no faltaré a mi palabra, no obstante, al otro tambíen le recompensaré con la salvación, puesto que no merecéis ninguno de los dos morir por ser menos inteligentes. Mi único propósito era el de haceros pensar y el de demostraros a vosotros mismos vuestra valía, pues haciéndoos pensar en tan duras condiciones,os habéis vuelto aun más sabios de lo que erais.

Así pues, ambos fueron salvados por el ser inteligente. Como consecuencia de todo lo ocurrido, la inteligencia de ambos seres había sido fortalecida o enfrentada a la de nuestro ser inteligente.

"La inteligencia, como las herramientas con filo, mejora enfrentándola con otras de mayor dureza."
Mario Sarmiento
Bibliografía: