lunes, 1 de diciembre de 2008

El apasionante mundo de los ferrofluidos

He aquí algunos vídeos de unos materiales tan curiosos como son los ferrofluidos :







¿Verdad que parece cuestión de magia? Pues parece mentira, pero está todo basado en la física. En próximos artículos intentaremos entender de qué se trata y el por qué de su comportamiento tan peculiar.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Indagando sobre el hierro celeste

Es de saber por todas las personas que tengan un ínfimo conocimiento o curiosidad acerca del universo, que éste se conforma en su mayoría de hierro.
Todos los hallazgos científicos, han descubierto que todo el hierro encontrado en nuestro planeta, proviene del espacio exterior, concretamente de estrellas gigantescas.
No solamente el hierro de la Tierra procede del espacio exterior, sino que el que se encuentra en el sistema solar tambíén procede del espacio exterior, porque la temperatura del Sol es insuficiente para la formación de este elemento, siendo ésta solamente de unos cientos millones de grados.
Cuando las estrellas tienen exceso de hierro, estas producen una gran explosión, a raíz de fusionar sus núcleos ligeros en otros más pesados y estables. Como resultado se forman las novas o supernovas. Los meteoros que tienen hierro se esparcen por todo el universo, se esparcen por el vacío y finalmente acaban siendo atraídos por un cuerpo celeste. He aquí el origen del hierro, si es que existe algún origen, pero ésta ya es otra cuestión donde los quebraderos de cabeza podrían ser abismales.
Pues bien, tras haber intentado aclarar un poco de donde viene el hierro, le daremos una denominación más “universal” y llamaremos a este elemento como “hierro celeste”.
Me ha interesado especialmente esta denominación tras haber leído en el libro titulado “Luces del Norte” , cuya adaptación al cine es “La Brújula Dorada”, lo siguiente:

-Yo...-aunque no quería ser cotilla, no podía evitar la curiosidad, por lo que continuó-, yo había pensado que no entiendo pro qué no te haces una armadura con tantos metales como tienes aquí, Iorek Byrnison.
-Porque no me serviría de nada. Mira –indicó, levantando la tapadera del motor con una pata, asomando una zarpa por la otra y cortando la tapadera como si utilizara un abrelatas-. Mi coraza está hecha de hierro celeste, yo mismo la hice. La coraza de un oso es su alma, de la misma manera que tu daimonion es la tuya. ¿Podrías desprenderte de él...-dijo señalando a Pantalaimon- y sustituirlo por una muñeca llena de serrín? En esto estriba la diferencia
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Sobraría decir para el que no conozca este libro, que su género es el de la ficción, pues se ve claramente que muchos de los términos a utilizar no existen en la realidad, tales como el de “daimonion”, donde en el libro se trata del compañero fiel que todo ser humano tiene, sin excepción, pues es algo inherente a su persona, tal como para nosotros el comer o beber.

Todas las sustancias metálicas, llevan asociado un campo magnético, pues se trata de sustancias magnéticas o al fin y al cabo de imanes. Si por un instante consideramos que nuestro hierro celeste estuviera recubierto, “desgraciadamente”, de una sustancia denominada magnetita, la cual constituye un imán natural (Fe3O4), el hierro celeste se podrían convertir en un potente imán natural.

A continuación se me ocurre una descabellada idea, intentando formar una analogía con el fantástico descubrimiento del levitrón.
Si todos los osos guerreros, provistos de esta coraza, estuvieran sobre una superficie la cual produjera un intenso campo magnético y de alguna manera, una fuerza externa produjera un movimiento rotatorio sobre las corazas al detectar sobre las mismas exceso de magnetita, los osos estarían suspendidos sobre la superficie y seguramente acabasen con la cabeza mareada y el estómago revuelto. Claro está que la magnetita debería estar en una disposición tal que las líneas del campo magnético tuviera una disposición vertical hacia el norte, claro está. Si suponemos esto, parece evidente que cuidarían muy bien su coraza de oxidaciones y hasta podría verse como algo deshonroso el tener la coraza en precarias condiciones.
Pero claro, ¿De dónde saldría esa fuerza que hiciera girar a los susodichos en cuestión? ¿Afectaría el campo magnético a los protagonistas sin llevar asociado un giro? ¿Cuánto tiempo estarían suspendidos o cómo podrían evitar la suspensión, en caso de poder? Como estas preguntas podríamos hacernos miles y miles de ellas, sin embargo hemos de dejar paso a la ficción, pues parece que carecen de sentido, por lo menos físico.

Para finalizar, me da por pensar en el campo magnético terrestre, el cual tiene una función clave en nuestro día a día.
Para todos interrogantes que nos hemos hecho, supongo que el campo magnético no influyera en él debido a su baja intensidad. No obstante me viene a la cabeza una similitud con nuestro amigo el levitrón.
Es de saber que la expansión del universo viene regida por la famosa Ley de Hubble, la cual establece que todo se aleja de todo en todas direcciones en proporción al cociente entre la distancia y la velocidad de recesión. También dice que esta velocidad de recesión es mayor cuanto mayor es la distancia, basándose en el corrimiento hacia el rojo debido al efecto Doppler.
Después de mencionar todo esto, planteo la siguiente cuestión:
¿No podría tratarse nuestro planeta, así como el resto de cuerpos que girasen sobre sí mismos, una especie de levitrón, donde el campo magnético que actuara sobre ellos procediera de fuentes externas tales como el Sol? Esto al fin y al cabo contribuiría a la expansión, ¿No?
Os invito a pensar sobre ello, aunque a saber dónde se encuentra la respuesta...

Bibliografía:
PHILIP PULLMAN. "Luces del Norte.La Materia Oscura". Círculo de lectores.